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Cementerio de la América
10.10.2017
Este hito de memoria territorial es un bien de interés cultural barrial, que data de finales del siglo XIX, cuando aún se conservaba el nombre de La Granja y el territorio obedecía a grandes fincas de producción agrícola, aún no llamado San Javier, este hito es el primer cementerio a nivel latinoamericano pintado con temas de memoria, que alberga la memoria barrial de la comuna 13, Altavista y la Loma.
Un cementerio es un lugar común, donde la vida a través de la muerte recoge nuestras memorias pequeñas pero importantes.
El Cementerio de La América es un hito arquitectónico que da cuenta de un momento de transformación de la ciudad a raíz de la violencia urbana que afectó especialmente la zona noroccidental de la ciudad: en la medida en que el conflicto se agudizó en Medellín en el 2002 y la cantidad de muertes de habitantes del sector demandó el aumento de las instalaciones. Este acontecimiento, junto con la presencia de los muertos que reposan en el cementerio, narra una historia de dolores que puede manifestarse para la generación de memorias colectivas, como ejercicio de catarsis y de resistencia.
Actualmente, el cementerio se encuentra en un proceso de desuso y abandono debido al cambio de los rituales mortuorios, en donde se ha priorizado la cremación a la práctica de entierro de cuerpos. En ese sentido, el cementerio es un espacio que necesita transformarse y generar nuevos usos en su interior, para conservar su potencialidad como espacio de duelo y de encuentro ante el dolor.
Con el proceso de Galería Viva se reactiva el Cementerio de La América como lugar de encuentro para la ritualización del dolor desde lógicas alternativas, la reconstrucción histórica de la violencia desde las historias particulares de los habitantes del sector y como huella espacial del conflicto urbano, fomentando así dinámicas de re-apropiación de Cementerio centradas en la memoria colectiva y el encuentro de voces diversas por parte de la comunidad.
La activación del espacio como galería, busca la construcción de otras narrativas, como el muralismo y la siembra, acerca de la historia social del sector cimentadas en la indagación histórica y la memoria comunitaria. En este punto se exhiben procesos artísticos situados en contexto creados por jóvenes y adultos del territorio que visibilizan historias de vida y memorias del barrio de personas cuyos cuerpos reposan en el cementerio o personas desaparecidas en el contexto de la violencia.
La intervención del cementerio se genera a partir de recorridos por las diversas intervenciones construidas con los habitantes de la zona que construyen y alimentan memorias colectivas. Es un medio para acompañar a las familias y a la comunidad en el proceso de transformación del dolor en memoria y resistencia a partir de la pedagogía Agroarte como medio para comprender la violencia urbana como un fenómeno que nos afecta a todos.